NOCHE DE SAN JUAN
Hoy es la noche más corta del año, solticio de verano, noche de brujas, y aquelarres, de saltar hogueras pidiendo salud, saltos impares, que pares no valen.
En Cataluña, concretamente en Barcelona siempre ha sido una gran fiesta, hogueras, petardos, y bien vestidos para la ocasión.
En este día las peluquerías de Barcelona suelen cerrar unas dos horas antes, y menos mal porque se arman unas caravanas de coches en las autopistas que paque!!!
Pero esta fiesta tiene su historia, aquí os la dejo:
Esta es una fecha en la que numerosas leyendas fantásticas son unánimes al decir que es un período en el que se abren de par en par las invisibles puertas del “otro lado del espejo”: se permite el acceso a grutas, castillos y palacios encantados; se liberan de sus prisiones y ataduras las reinas moras, las princesas y las infantas cautivas merced a un embrujo, ensalmo o maldición; braman los cuélebres (dragones) y vuelan los “caballucos del diablo”; salen a dar un vespertino paseo a la luz de la Luna seres femeninos misteriosos en torno a sus infranqueables moradas; afloran enjambres de raros espíritus duendiles amparados en la oscuridad de la noche y en los matorrales; las gallinas y los polluelos de oro, haciendo ostentación de su áureo plumaje, tientan a algún que otro incauto codicioso a que les echen el guante; las mozas enamoradas sueñan y adivinan quién será el galán que las despose; las plantas venenosas pierden su dañina propiedad y, en cambio, las salutíferas centuplican sus virtudes (buen día para recolectar plantas medicinales en el campo); los tesoros se remueven en las entrañas de la Tierra y las losas que los ocultan dejan al descubierto parte del mismo para que algún pobre mortal deje de ser, al menos, pobre; el rocío cura ciento y una enfermedades y además hace más hermoso y joven a quien se embadurne todo el cuerpo; los helechos florecen al dar las doce campanadas...
En definitiva, la atmósfera se carga de un aliento sobrenatural que impregna cada lugar mágico del planeta y es el momento propicio para estremecernos, ilusionarnos y narrar a nuestros hijos, nietos o amigos toda clase de cuentos, anécdotas y chascarrillos sanjuaneros que nos sepamos.
Esta noche se abre la puerta que nos introduce al conocimiento del futuro y a las dimensiones mágicas de la realidad. Es la noche en que los entierros arden, el Diablo anda suelto y los campos son bendecidos por el Bautista. En la mañana, muy temprano la gente se lava el pelo y la cara con las aguas bendecidas y comienza a llamar, tres veces consecutivas:
-¡San Juan!, ¡San Juan!, dame milcao (guiso de papas con manteca) yo te daré pan.
La noche anterior dos han sido los eventos más importantes: el baile del fuego y las pruebas. Algunas de estas pruebas son:
l. La joven que sale al amanecer y se encuentra con un perro su marido será un goloso perro durante su vida.
2. Al salir, después de las 12, se encuentra con un gato negro es mala suerte para el futuro, felicidad si el gato es de otro color.
3. Si a medianoche se hace una cruz en los árboles, producirán el doble.
4. Si a las 12, mira la luna y después la higuera, la verá florecer.
5. La higuera y el “pesebre” (helecho) florecen esta noche. Quien posea una de estas flores será muy afortunado.
6. Quien vea florecer la hierbabuena esta noche será muy afortunado siempre que lo mantenga en secreto.
7. En la víspera se planta la flor de la hortensia, en un tarro con tierra y agua. Luego se le hace un pedido poniendo fe en el bautismo de San Juan.
8. Hay que lavarse las manos con agua de manantial para mantenerse joven y el cabello para conservarlo hermoso. Esa noche las aguas están benditas por el Bautista.
9. Cuando llueve esa noche o al día siguiente, va a haber abundancia de manzanas.
10. Antes de la salida del sol hay que regar los árboles con agua de manantial, para que den bastante fruta durante el año.
11. Para tener buena siembra hay que tirar un pedazo de vela la noche de San Juan.
12. Para aprender a tocar guitarra hay que colocarse durante esta noche bajo una higuera.
La noche y el amanecer, están dedicado a San Juan en un esfuerzo por cristianizar las numerosas fuerzas que se manifiestan en esta mágica jornada, en la que todas las sociedades tradicionales de Europa ponen en marcha numerosos rituales de antiguo origen y profunda funcionalidad cultural. La fiesta no es específica de localidades concretas, sino que se extiende por toda Europa con diversas variantes.
Un personaje–símbolo de la cristiandad y un astro presiden la celebración. Por una parte el Sol que, según la tradición popular, sale bailando al amanecer del día 24. Por otra parte el santo de la fecha, San Juan, encargado de dotar de sacralidad a la fiesta, pero que no ocupa lugar central en los rituales.
Contando con el Sol y San Juan como componentes básicos de la celebración, en la noche y el amanecer sanjuaneros los hombres manipulan diversos instrumentos simbólicos con la finalidad de luchar contra los distintos males que perjudican a los humanos, a sus actividades y a sus bienes a lo largo del año.
Fecha de transición astral que anuncia diversos cambios en la naturaleza equivale a una ruptura de orden cósmica propiciadora de emergencias del inframundo. Por eso la noche de San Juan es noche de brujas, entes que pueden provocar numerosos males a los humanos.
La Noche de San Juan, la de las tradiciones mágicas, se caracteriza por la multitud de hogueras que iluminan la noche. Los ciudadanos arrojan a la hoguera antes de su encendido pequeños objetos, conjuros, deseos e incluso apuntes del curso con el objetivo de hacer desaparecer los malos espíritus.
La tradición de enramar las fuentes está relacionada con la prosperidad, la abundancia y la fecundidad. La tradición dice que al amanecer del primer día de verano, las mujeres recogían de las fuentes la flor del agua con la esperanza de encontrar pareja, concebir hijos o hacerse con poderes curativos. Al amanecer, cuando las mujeres iban a la fuente, se cantaba a la flor del agua.
¿POR QUÉ SAN JUAN BAUTISTA?: San Lucas narra en su Evangelio, que María, en los días siguientes a la Anunciación, fue a visitar a su prima Isabel cuando ésta se hallaba en el sexto mes de embarazo. Por lo tanto, fue fácil fijar la solemnidad del Bautista en el octavo mes de las candelas de junio, seis meses antes del nacimiento de Cristo. Desde entonces se señaló esta noche como la de San Juan, muy próxima al solsticio de verano que ha heredado una serie de prácticas, ritos, tradiciones y costumbres cuyos orígenes son inmemoriales en toda Europa y se han extendido por muchos pueblos de América. Lo paradójico del asunto es que el 24 de junio se celebra la fecha del nacimiento de San Juan el Bautista, que en realidad no debería festejarse porque el dies natalis de los santos siempre fue el de la muerte.
En el Evangelio de San Lucas se cuenta que su padre, el sacerdote Zacarías, había perdido la voz por dudar de que su mujer, Isabel, estuviera en cinta. Sin embargo en el momento de nacer San Juan la recuperó milagrosamente, como se lo había predicho el ángel Gabriel.
Rebosante de alegría, la tradición religiosa dice que encendió hogueras para anunciar a parientes y amigos la noticia. Cuando siglos después se cristianizó esta fiesta, la noche del 23 al 24 de junio se convirtió en una noche santa y sagrada, sin abandonar por eso su aura mágica
ORÍGENES PAGANOS
Ni que decir tiene que esta fiesta solsticial es muy anterior a la religión católica o mahometana. E incluso, dentro de las distintas prácticas religiosas, no se ha celebrado en la misma fecha.
Uno de los antecedentes que se puede buscar a esta festividad es la celebración celta del Beltaine, que se realizaba el primero de mayo. El nombre significaba "fuego de Bel" o "bello fuego" y era un festival anual en honor al dios Belenos. Durante el Beltaine se encendían hogueras que eran coronadas por los más arriesgados con largas pértigas. Después los druidas hacían pasar el ganado entre las llamas para purificarlo y defenderlo contra las enfermedades. A la vez, rogaban a los dioses que el año fuera fructífero y no dudaban en sacrificar algún animal para que sus plegarias fueran mejor atendidas.
Otra de las raíces de tan singular noche hay que buscarla en las fiestas griegas dedicadas al dios Apolo, que se celebraban en el solsticio de verano encendiendo grandes hogueras de carácter purificador. Los romanos, por su parte, dedicaron a la diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y tenían la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas. Ya entonces se atribuían propiedades medicinales a la hierbas recogidas en aquellos días.
Es curioso que entre los beréberes de África del norte (Marruecos y Argelia) se enciendan el 24 de junio, durante la fiesta llamada Ansara, hogueras que producen un denso humo considerado protector de los campos cultivados. A través del fuego se hacen pasar entonces los objetos y utensilios más importantes del hogar. Los beréberes las encienden en patios, caminos, campos y encrucijadas y queman plantas aromáticas.
Prácticamente ahuman todo, incluso los huertos y las mieses. Saltan siete veces sobre las brasas, pasean las ramas encendidas por el interior de las casas y hasta las acercan a los enfermos para purificar e inmunizar el entorno de todos los males.
Lo cierto es que esta costumbre beréber de celebrar el solsticio es preislámica porque se basa en el calendario solar, mientras que el musulmán es lunar.
El cristianismo fue experto en reciclar viejos cultos paganos. Lo que antaño se hizo en Baños de Cerrato (a unos cuantos kilómetros de Palencia) es uno de los muchos ejemplos que se pueden esgrimir al respecto. Ya en época romana existían en esta localidad unas fuentes o baños consagrados a las ninfas (hasta el punto de encontrarse un altar dedicado a ellas) cuyas aguas tenían propiedades curativas. El rey godo de Toledo, Recesvinto (siglo VII), llegó hasta aquí y gracias a sus aguas se curó de una enfermedad. Como por entonces ya se había convertido al cristianismo, mandó erigir un templo en acción de gracias y se buscó como patrono a un santo que tuviera algo que ver con las aguas, y todas las papeletas las tenía San Juan Bautista. Este es el origen da la famosa basílica visigótica de San Juan de Baños, en cuyo recinto se celebra la "misa en rito hispano-visigótico-mozárabe", el domingo más cercano a San Juan, declarada de interés turístico.
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