Triunfar en reuniones de trabajo

A un buen director de salón no le basta con ser su mejor estilista ni tampoco el más experimentado. Para ser líder indiscutible hay que reunir una serie de aptitudes imprescindibles. Una de ellas, y seguramente la más importante, es ser un buen orador.

LA COMUNICACIÓN

Antes de iniciar la reunión con nuestros colaboradores debemos tener claros nuestros objetivos y qué resultado final deseamos conseguir. Hay que saber exponer con claridad nuestros argumentos, explicándolos de manera sistemática y práctica, evitando improvisar sobre la marcha, hecho que nos puede traer consecuencias negativas.

Para dominar la conversación es muy importante mirar a nuestros colaboradores mientras hablamos con ellos, dominando el espacio con un lenguaje fácil y una buena dialéctica.
Estos son los puntales imprescindibles para conseguir una conversación persuasiva, que nos ayudarán a ser un líder excelente.

Los humanos disponemos de un cerebro prodigioso al que hay que sacarle el máximo partido. Antes de la reunión, un buen truco es leerse los apuntes de los temas que queremos comentar utilizando el método del encadenado, que asocia palabras con imágenes y con palabras clave, lo cual nos ayudará a tener una mayor fluidez dialéctica

ARGUMENTOS SOLIDOS

Intentaremos pensar a la vez que estamos hablando, procurando tener la máxima precisión de los temas que queremos transmitir. Para ello, utilizaremos las palabras más adecuadas para que los oyentes obtengan las ideas más claras sobre los temas que queramos compartir con ellos.

Las pausas de la conversación son los momentos más adecuados para memorizar las conocidas palabras clave, pero es conveniente primero pensar y luego hablar. Pero hablar utilizando un lenguaje que sea próximo para que nuestros oyentes no pierdan el mensaje y capten la secuencia que más nos interesa. Intentaremos que al final se sientan involucrados e intervengan, ya que es muy importante si hay que aclarar alguna contradicción o añadir algún dato. Un colaborador que participe en las reuniones de equipo siempre ayuda a los demás a recordar los temas tratados y también a nosotros, para reforzar puntos concretos.

LA FUERZA  MOTIVADORA

Otro factor a tener en cuenta es el tono de voz. Es importante variar el ritmo y la velocidad para no aburrir a los que nos escuchan. Cambiaremos la entonación, subiendo el volumen sin chillar cuando queramos recalcar frases concretas, a la vez también hablaremos más despacio cuando notemos que nuestra explicación no es del todo efectiva. Otro truco es permanecer unos segundos en silencio, observando a nuestros oyentes para así mantenerlos atentos.
          

Entre frase y frase haremos pausas, que pueden ser largas o cortas, dependiendo de lo que queramos transmitir. De esta manera aportamos seguridad con la argumentación verbal. El hecho de tener un amplio vocabulario para expresarnos con las palabras específicas de nuestro sector nos ayudará a ser más convincentes. En definitiva, para ser un buen tertuliano, el líder tiene que tener motivación y las ideas claras, utilizando las palabras precisas. Ser hábil en la comunicación nos abrirá muchas puertas. Además, tenemos que intentar sacar el máximo rendimiento a nuestra memoria.




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